A merced del vaivén de las olas
permanecían sobre la acogedora embarcación
los cuerpos extasiados de la ventura náutica.
Dorados momentos
vividos
bajo el firmamento estrellado,
guiados por la marea de las pasiones
encontraron la bahía correcta
oculta de miradas extrañas
que interrumpiera el coloquio de las pieles bronceadas
gracias al soleado día que acompañó la travesía.
La frescura de las aguas cristalinas
dejaba ver las siluetas iluminadas
sumergiéndose, deslizándose,
al límpido fondo marino.
Decidieron entonces
vivir la experiencia placentera
de la entrega mutua
en aquél mundo natural
que la oportunidad les presentaba.
Extasiados retornaron a la superficie
donde plateados rayos de estrellas fugaces
recibía a los amantes aventureros.
no hay amor sin aventura,
ni pasión sin locura.
Emprendieron renovados un nuevo rumbo
una ruta distinta
extasiados de la nueva experiencia
que acompañará sus vidas.
HCC/Feb.2015